Juegos para bebé de 3 meses
Aunque es probable que algunos no funcionen la primera vez, debéis seguir intentándolo para que con el tiempo le encuentre la gracia y suelte una adorable carcajada. Su implicación también dependerá de vuestra actitud. Recordad: jugad con el pequeño con alegría, sonrientes, y con mucha energía.
¡Es la hora de bailar!
¿Hay algo más divertido que coger al niño en brazos y moveros al son de una divertida canción infantil? Es importante que cuando bailéis con el pequeño no pongáis la música excesivamente fuerte, que agarréis bien su cuello cuando lo mováis y que no le sometáis a movimientos bruscos.
Empezad con movimientos suaves, combinándolos con algún gesto que sea un poquito más rápido, para balancearse y dar vueltas con él, con sumo cuidado. Asimismo, los movimientos exagerados con las manos y con el cuerpo, en general, les hacen mucha gracia. ¡Dad a vuestro hijo el gusto de que se lo pase bien con la música!
Este juego también se puede combinar con una canción cantada por vosotros mismos. Lo hagáis bien o mal, a vuestro pequeño seguro que le gusta escuchar vuestra voz.
¡Mira quién está aquí!
A los bebés les encanta todo aquello que genera algo inesperado. A partir de los tres meses, empiezan a entender la relación causa-efecto, por eso les hace tanta gracia que sus papás les pongan caras exageradas y divertidas.
Este juego consiste en esconderse para que no pueda vernos y, cuando menos se lo espere, levantarse y, con una sonrisa exagerada, decirle: “¡Mira quién está aquí!”. Ya veréis que bien se lo pasa. Eso sí, no pongáis caras que den miedo, ni utilicéis caretas extrañas.
¡Vamos a hacer muecas!
Enseñadle la lengua, sonreíd mucho, abrid y cerrad la boca. Ya veréis que el bebé intentará imitaros y se lo pasará bomba. Este sencillo juego es también una forma de que el pequeño aprenda a repetir la mímica facial, lo que le ayudará, poco a poco, a saber interpretar las emociones.
¿Qué tengo sobre la cabeza?
¡Éste es uno de los más divertidos! Jugad con el pequeño utilizando telas u objetos livianos y llenos de color. A continuación, pasadlos con cuidado por su cara. Así, verá los colores y sentirá el aire que se genera al pasar un objeto por delante de él. Podéis utilizar también globos de aire y jugar con ellos, haciendo que reboten hacia arriba y hacia abajo delante de su cara. Mientras lo hacéis, podéis decir: “¡Boing! ¡Boing!”. Eso sí, recordad que no debéis dejar a vuestros pequeños con cordones o cosas que puedan enrollarse en su cuello o ser ingeridas.